domingo, 5 de junio de 2011

El Estado de la deuda

En 1993, en una Tierra enteramente iluminada por las luces de la racionalidad económica y la democracia liberal, con el marxismo recién difunto, Derrida decidió escribir un libro sobre Marx que tituló Espectros de Marx. En él proponía una lectura hamletiana del marxismo (sorpréndanse o dejen de hacerlo: el capital es también un libro sobre Shakespeare). El mensaje venía a ser: habéis enterrado a Marx, a ver qué tal se os da lidiar con sus fantasmas. El libro se abre con una emotiva dedicatoria para Chris Hani, líder del partido comunista sudafricano y miembro del ANC de Mandela, que había sido asesinado pocos meses antes por un inmigrante polaco perteneciente a la ultraderecha, como intento de dinamitar las negociaciones para terminar con el Apartheid. (Recientemente, el tiránico líder de la ultraderecha bóer fue asesinado por dos de sus trabajadores, generando una ola de júbilo entre los jornaleros negros de su plantación). La dedicatoria por sí misma merece dedicarle tiempo. Está escrita en un momento de triunfo (la Historia se había terminado, culminado). Los protagonistas procedían de lugares inciertos. Un inmigrante polaco, recién se había sacudido el yugo del socialismo real. Un comunista negro, africano, bajo el yugo del apartheid. Probablemente el inmigrante polaco sentía algún tipo de legitimidad al actuar contra un "co-responsable" de la tiranía sufrida en su carne. Trágica abstracción que el paisaje sudafricano no pudo remediar. ¿Cómo iba a ser lo mismo el comunismo del negro que el del polaco? Una confusión de relatos. Madres que hacen cola ante tiendas vacías. Las tiendas estaban repletas, pero no para nosotros. "Un nombre por otro", reza la dedicatoria", un hombre por otro. La época estaba fuera de quicio, los fantasmas tomaban la escena. Había culminado lo que empezó durante los años de invierno de los primeros 80 (Guattari), thacherismo, reaganomics... y ahora ese culmen ha estallado en la deuda. En el medio, el estado de excepción universal decretado en la Usa Patriot Act*, que si sirvió para un roto, bien podría servir para un descosido. "El trabajo del duelo, el estado de la deuda y la Nueva Internacional", subtítulo del libro. El triunfo era demasiado arrollador, incluso para Derrida. La cuentas pueden saldarse, la deuda es una incógnita. Los políticos europeos están apunto de contraer una deuda infinita con la sociedad, evito escribir "ciudadano" o "ciudadanía" a propósito. El fantasma siempre busca saldar un agravio. La deuda es el espíritu de la época, el fantasma.


Gran alegría el mensaje de ayer de Godard: «Queridos amigos: debido a problemas de tipo griego no podré ser vuestro invitado a Cannes. Amistosamente, Jean-Luc Godard».


*342 páginas con este encabezamiento: "To deter and punish terrorist acts in the United States and around the world, to enhance law enforcement investigatory tools, and for other purposes." "Y para otros propósitos".


Publicado en mesetas.net 19/05/10

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